Compañera perenne y solidaria,
insomne amor de mocedades castas;
tendida ayer, aogedora y tierna,
vertical e impasible esta mañana.
Madera al fin de corazón de roble,
esencia ignota de la nada al tiempo
en forma dulce de cintura y sexo,
esbelta, trigo y miel, mirada noble.
Cuando tus dedos de metal caliente
vibran al roce de mi audaz empeño
revives ecos de ancestral simiente.
Susurro apenas de tu labio al viento
llama al silencio la elocuencia loca,
cuerpo con cuerpo hasta beber tu aliento.
(23 DE ABRIL DE 1985)
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Poemas, poemillas... A lo largo de los años se han ido quedando como el arpa de Bécquer, en el ángulo oscuro del papel archivado. Que les dé un poco la luz y el brillo de alguna mirada que se quiera perder sobre ellos.
domingo, 23 de septiembre de 2007
lunes, 17 de septiembre de 2007
Mi corazón, mi permanente bomba
Mi corazón, mi permanente bomba
rima que rima sin matar su pena
a tres de nunca tu recuerdo truena,
a dos de ahora la esperanza explota.
Golpeo el pedernal y ya no brota
la sed del fuego; soledad eterna
en un solo tic - tac: inerte arena
dentro, alrededor, caricia rota.
Erguido en pedestal, la frente altiva,
y el pecho sorteando tu presencia,
equilibro el vaivén y la clemencia.
Ardiente viento de la esfinge ignota
prende y arrasa por la leve vena:
ya no, ya sí, ya voy, ya qué, ya nada.
(21 DE ABRIL DE 1985)
rima que rima sin matar su pena
a tres de nunca tu recuerdo truena,
a dos de ahora la esperanza explota.
Golpeo el pedernal y ya no brota
la sed del fuego; soledad eterna
en un solo tic - tac: inerte arena
dentro, alrededor, caricia rota.
Erguido en pedestal, la frente altiva,
y el pecho sorteando tu presencia,
equilibro el vaivén y la clemencia.
Ardiente viento de la esfinge ignota
prende y arrasa por la leve vena:
ya no, ya sí, ya voy, ya qué, ya nada.
(21 DE ABRIL DE 1985)
sábado, 8 de septiembre de 2007
¿Duermes, amor?
Quisiera despertarte
susurrándote al oído palabras nunca dichas.
Te diría que vuelvas del silencio oscuro
a la dicha incipiente,
como se abre la rosa a los rayos primeros
y al rocío impaciente.
Te diría que tus manos me nazcan,
que me enciendan el día,
que inventen los caminos
por recorrer a ciegas.
Te diría que calles,
que me hables sin palabras
como el viento a la noche,
como el mar a la playa.
Te diría que vivir es beber del vaso lentamente
el vino joven, aún chispeante,
sin pensar que se acaba.
Te diría...
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susurrándote al oído palabras nunca dichas.
Te diría que vuelvas del silencio oscuro
a la dicha incipiente,
como se abre la rosa a los rayos primeros
y al rocío impaciente.
Te diría que tus manos me nazcan,
que me enciendan el día,
que inventen los caminos
por recorrer a ciegas.
Te diría que calles,
que me hables sin palabras
como el viento a la noche,
como el mar a la playa.
Te diría que vivir es beber del vaso lentamente
el vino joven, aún chispeante,
sin pensar que se acaba.
Te diría...
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domingo, 2 de septiembre de 2007
Entre el mar y tu sombra
Entre el mar y tu sombra
sólo un paso, sólo un beso
de brisa salada, impaciente,
un suspiro, un susurro, un aliento.
De tu sombra a tu pie
una huella en la arena,
como lecho de ausencia,
como vaso de sed.
Por tu pie hasta tus labios
todo un mar ofrecido,
lienzo blanco en mis manos.
En tus labios, anhelo;
claroscuro de botes azules,
ajetreo de peces y remos.
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sólo un paso, sólo un beso
de brisa salada, impaciente,
un suspiro, un susurro, un aliento.
De tu sombra a tu pie
una huella en la arena,
como lecho de ausencia,
como vaso de sed.
Por tu pie hasta tus labios
todo un mar ofrecido,
lienzo blanco en mis manos.
En tus labios, anhelo;
claroscuro de botes azules,
ajetreo de peces y remos.
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